viernes, 30 de mayo de 2008

PINTOR, PINTA Y CALLA

Puedo verme sentada en la tercera fila, en el colegio, Don Manuel dando clase , más bien intentándolo, lidiando con el de turno, otra vez estamos toda la clase castigada, el profesor frustrado, y yo pensando que trabajo más detestable el de maestro: guardianes, policías, cuidadores, repitiendo los mismos temas año tras año de los mismos apuntes amarillentos que ellos mismos tomaron, ostracismo , repetición, aguantando niños insolentes con padres todavía más insolentes. Y me preguntaba, ¿pero quién en su sano juicio quiere ser profesor?

Resulta que por elección propia escojo ser profesora, y descubro que me gusta, pero no a cualquier precio.En otro post podréis leer "¿y si nos propusiéramos vivir después de atrevernos a pensar cómo queremos hacerlo?"
Yo quiero instruir, no cuidar borregos. Pocos alumnos, aulas amplias, materiales necesarios, innovación, formación continua del profesor, mucho cariño y paciencia, espacio para crear libremente, que los padres respeten la evolución propia de sus hijos sin presionarles (hablamos de arte, no son matemáticas). Gracias a Dios esto no es imposible, tengo alumnos bajo estas circunstancias y les veo crecer.
Más es menos. Esta escultura que es mi vida está siendo dura de tallar, estoy aprendiendo a restar más que nunca. Me quiero quedar con todo y trabajar hasta desfallecer, con un chute de adrelanina en el cuerpo. Porque todos los momentos no son malos, porque coges cariño a tus alumnos, hay momentos mágicos, pero luego fulanito pega una patada a menganito y el otro esparce la pintura por la pared mientras al que vigilabas se ha dado cuenta de que ya no le están vigilando y ha salido corriendo a por las tijeras. En fin, sé que con más años todavía de experiencia y mucho trabajo sería una cuidadora genial.
Pero por ahora voy a aplicarme el dicho que encontré esta semana en un blog "PINTOR , PINTA Y CALLA" osea "no pienses, trabaja."

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